Porque todos los puentes son importantes. Los grandes y los pequeños. Los
que unen importantes orillas y nos solucionan y agilizan recorridos
cotidianos, y los que simplemente facilitan pequeños inconvenientes y nos
hacen mas agradables los paseos. De hierro o de madera, de piedra o de
cemento.
Benditos sean. Nunca sobra un puente y siempre se maldice a quien los
destruye. Robustos o quebradizos, citas de enamorados, de mendigos y de
suicidas. Dice un proverbio inglés que "Dios nos da las manos, pero no
construye puentes". Así es. A veces, entre nosotros y entre lo que deseamos,
puede existir un abismo, pero proyectar y construir vías de acceso hacia la
finalidad que deseamos, es ser ingenieros de nuestra realidad.
erikenea.org
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